sacado de la droga, y siempre exigía, y siempre quería más, y eso
fue su perdición, como también será vuestra perdición, si no me
decís la verdad.
-¿Qué quieres insinuar? -dijo Ricardo de mal talante. ¿Tú nos
amenazas? ¿Pues sabes qué te digo? Que después de perdío al río.
Si así lo prefieres, salta todo por los aires; que todo me importa tres
leches, amigo, si tenemos que morir moriremos, pero ten la
seguridad, que alguno me llevaré por delante, y la organización
también saldrá perjudicada en sus intereses, cuando todo se
descubra, y probablemente te pidan a ti responsabilidades; y no me
creas tan tonto como para que yo no haya tomado ciertas medidas,
en caso de que a nosotros, a Malva y a mí, nos suceda algo que nos
acarree la muerte de forma extraña o violenta. Oye bien lo que te
digo, a ti y a tu organización: Vosotros tenéis una carta que jugar,
esa carta es la amenaza de la muerte a nuestra vida; pero de poco os
vale, en el momento que nuestra desesperación acepte la muerte, la
asuma, y decidamos morir matando, porque hemos llegado a la
conclusión de que más vale estar muerto, que seguir viviendo con
esa constante presión que queréis ejercer sobre nosotros. Todo tiene
un límite, y nosotros hemos ya arribado a ese límite. ¿Lo has
comprendido?
Ricardo se había mostrado frío y sereno al pronunciar sus
palabras, todos advirtieron que en el fondo, había una innegable
sinceridad en todo aquello que decía.
Juan tragó saliva. No esperaba ni por asomo, una tan contundente
respuesta. Tenía que ser cauto; no podía dejar que aquello,
terminara yéndosele de las manos.
-Parece que has comprendido que la mejor defensa es un ataque
-dijo Juan demostrando absoluta tranquilidad-. De lo que no estoy
tan seguro, es de que tú tengas las agallas de soportar, las
vejaciones y torturas que le puedan sobrevenir a Malva, como
consecuencia de tu torpe modo de actuar.
-Sería cuestión de saber quién llega antes, si vosotros a
torturarnos, o nosotros a quitarnos la vida.
-¡Vamos, hombre, tu fanfarroneas!
-Tenga usted la plena seguridad -interrumpió Malva- que lo que
__________
|